Las estrellas nacen de nubes de gas y polvo que colapsan bajo la influencia de su propia gravedad. A medida que la nube colapsa, se forma un núcleo denso y caliente y comienza a acumular polvo y gas, formando un objeto llamado «protoestrella».
Esta imagen infrarroja del Hubble captura la protoestrella J1672835.29-763111.64 en la nebulosa de reflexión IC 2631, parte de la región de formación estelar del camaleón en la constelación del sur Camaleones. Las protoestrellas brillan con la energía térmica liberada por las nubes que se encogen a su alrededor y el material acumulado del gas y el polvo cercanos. Eventualmente, se acumula suficiente material y el núcleo de una protoestrella se vuelve lo suficientemente caliente y denso como para iniciar la fusión nuclear, y la transformación en una estrella se completa. El polvo y el gas restantes pueden convertirse en planetas, asteroides o cometas, o permanecer como polvo.
Esta imagen es parte de una encuesta del Hubble que apuntó a 312 protoestrellas dentro de nubes moleculares previamente identificadas con el Telescopio Espacial Infrarrojo Spitzer y Herschel. Las protoestrellas aparecen principalmente en luz infrarroja porque emiten mucha energía térmica y su luz visible está oscurecida por el polvo que las rodea. Las capacidades infrarrojas avanzadas del Hubble pueden analizar mejor las protoestrellas y examinar su estructura, incluida la acumulación de gas, polvo y objetos acompañantes débiles.
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